viernes, 20 de junio de 2008

Carlos Barrantes: Más Allá Del Horizonte







Carlos Barrantes es uno de los fotógrafos más importantes del panorama artístico español en la actualidad. Conocido por su excelente dominio de las diferentes técnicas y calidades de la fotografía, Carlos Barrantes encuentra en este arte su medio de expresión de sensaciones, emociones y experiencias vividas. Así, traspasa los límites de la fotografía, convirtiéndola en la más pura expresión del arte, siendo el instrumento a través del que nos habla el creador.

Además de transmitir mediante la imagen, Carlos Barrantes también expresa por escrito todo aquello que guarda relación con cada uno de sus trabajos. Sobre la magnífica serie Más allá del Horizonte, Barrantes habla del sentido de estas fotografías, el proceso creativo, los recursos utilizados y la intención del autor al realizar esta serie:


Discurso estético

Más allá del Horizonte trata de esa línea inexistente, frontera entre nuestra existencia y la imaginada, donde se establece un diálogo entre lo real y lo ilusorio. De un viaje al exterior en busca de nosotros mismos, donde no importa el destino sino lo sentido. Un lugar en el cual la suavidad del agua se transforma en dureza pétrea, el movimiento se confunde con la calma. En un viaje infinito, al alejarnos de lo que nos es próximo, Más allá del Horizonte nos devuelve invariablemente al punto de partida.



Premisas

Abordar por un lado, la necesidad que tenemos de viajar, tanto física como mental, y por otro, tratar de esa contradicción que supone la línea del horizonte, que no existe en la realidad pero que nosotros vemos. A partir de esta necesidad y de esta contradicción se desarrolla toda la serie. Para ello utilizo diferentes recursos:

1.- Mi Mundo …

Hablo de mi mundo, en sentido literal del término. Un Mundo acromático, visceral, indefinido, engañoso y porqué no tramposo. Con materias, texturas y sensaciones. Partiendo de estas sensaciones, experiencias primarias e intuitivas, pretendo generar y producir sentimientos y emociones en el espectador.

… Dicho de otra manera, que mis experiencias básicas y simples transmuten a un estado afectivo complejo en el espectador.

2.- Toma fotográfica...

… Me interesa la idea del horizonte como futuro, donde vas a llegar y nunca llegas …

Para mi el horizonte es incierto, no me serena, de ahí mis fotografías desequilibradas. El equilibrio debe ser mental, no compositivo. Primeros planos, inmediatos e indefinidos, conviven con un horizonte que se adivina más allá, aunque no exista …

Todo ello me lleva a representar un mundo onírico pero con elementos reales. Un paisaje ni construido, ni artificial. Captado con toma directa en cámara.

Lo que producirá este sentimiento onírico es mi visión, el punto de vista que adopto en el instante fotográfico. Un punto de vista, generalmente en contrapicado, a ras de suelo, que transforma las proporciones de los elementos compositivos. Que los convierte en gigantes amorfos cuando simplemente eran objetos insignificantes. Los dota de una presencia que impedirá una lectura sosegada de la imagen.

… Cuando realizo las fotografías tengo una relación directa y simple con el paisaje; solo quiero sentir y vivir.

No quiero que ningún aspecto técnico me afecte, esta parte me aparece, con posterioridad, en el laboratorio. Para conseguir esta relación directa con las imágenes utilizo cámaras simples, que no me permiten casi ningún control sobre los ajustes técnicos (diafragma, velocidad y enfoque) y que en algunas ocasiones únicamente me van a permitir captar la materia, la textura, la luz. Me van a obligar a observar como interaccionan los volúmenes, la perspectiva, las densidades cromáticas.

Debo hacer un ejercicio de traducción simultanea entre lo que estoy mirando y la capacidad de reproducir de mi cámara. Lo que provoca un azar de la imagen cautiva.

Mi trabajo consiste en controlar este azar. En ser capaz de sistematizar el azar, para poder controlar definitivamente la toma con la selección de imágenes estáticas, cautivas en las hojas de contacto.

… Las fotografías recobran su libertad con el tiraje y su relación con el espectador.

3.- Tiraje fotográfico...

… Quiero plasmar una atmósfera; que se establezca una relación íntima, carnal entre el espectador y la imagen …

Para realizar los tirajes utilizo un proceso fotográfico histórico, completamente artesanal, llamado Platinotipia, porque me interesa, además de tener una imagen con un valor iconográfico, tener también un tiraje con un valor como objeto artístico.

La platinotipia es muy apreciada por su gran riqueza tonal y por ser uno de los procesos más nobles y estables, siendo el platino un metal inalterable.
En cuanto al soporte de la fotografía, es un papel para edición de arte y conservación, de extrema calidad, 100% algodón, sin ácido, con barbas en los 4 lados.

Técnica noble: la Platinotipia

La técnica fotográfica de la platinotipia emplea como material base sales de platino. Fue inventada por William Willis en 1873. En 1880, fundó la "Platinotype Company" a través de la cual se comercializaron los primeros papeles al platino. Conoció un gran auge hasta la primera guerra mundial. Pero a partir de entonces, el precio del platino se fue incrementando de tal manera que el proceso cayó en desuso.

Procedimiento contemporáneo de ennegrecimiento directo: El platinotipo es un tiraje positivo obtenido sobre una hoja de papel de bellas artes donde se aplica, con una brocha, una solución fotosensible, compuesta por una sal férrica y una sal de platino. Después de seco, el papel, en contacto con el contratipo (negativo ampliado al tamaño final del tiraje fotográfico), se expone al sol. La luz transforma la sal férrica en ferrosa, la cual, a su vez, transforma la sal de platino en platino metálico. La imagen aparece progresivamente en el transcurso de la exposición (ennegrecimiento directo). Una vez obtenida la densidad deseada, el papel se clarifica en una solución de ácido clorhídrico y, finalmente, se procede al lavado, secado y planchado.


El resultado final de las fotografías de Carlos Barrantes produce un efecto visual muy cercano a lo pictórico. Las calidades de sus imágenes son excelentes, tanto por la técnica artesanal de la platinotipia como por el uso de papel empleado habitualmente para estampar grabados.

Mediante la captación de objetos reales, presentes en la naturaleza, Carlos Barrantes nos hace viajar a mundos oníricos, escenarios ilusorios, para hacernos comprender la experiencia vivida por el artista en cada uno de sus viajes.

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